La comprensión lectora se ha definido de numerosas
maneras, de acuerdo con la orientación metodológica de cada uno de los autores que han desarrollado
investigaciones en este ámbito. Así, desde un enfoque
cognitivo, la comprensión lectora se la ha considerado como un producto y como un proceso. De este
modo, entendida como producto sería la resultante
de la interacción entre el lector y el texto. Este producto se almacena en la memoria a largo plazo
(MLP) que después se evocará al formular las preguntas sobre el material leído.
En la lectura de un texto se pueden dar diferentes
niveles de comprensión, en función de variables tales
como:
a) Nivel de competencia decodificadora del lector.
b) Nivel de conocimientos previos acerca del tema
de la lectura.
c) Capacidad cognoscitiva.
d) Nivel de competencia lingüística (inferencias,
deducciones, empleo de claves, etc.)
e) Nivel de dominio de las estrategias de comprensión lectora.
f) Grado de interés por la lectura.
g) Condiciones psicofísicas de la situación lectora.
h) Grado de dificultad del texto.